9. Astérix y los normandos. El hecho de que fuera uno de mis álbumes favoritos de mi infancia le ha sentado regular. Me sigue gustando, pero lo encuentro reiterativo con el gag recurrente de sentir miedo para volar y no me entusiasma el retrato que hacen de los normandos, que se ha quedado bastante anticuado. No obstante, no es un mal álbum y tiene sus momentos, sobre todo los relativos a Asurancetúrix, el bardo.